martes, 20 de mayo de 2008

Las tres verdades (i)

"Todos los que hemos vivido buscando la verdad, nos hemos encontrao en el camino con muchas ideas que nos sedujeron y habitaron en nosotros con la fuerza suficiente como para condicionar nuestro sistema de creencias.

Sin embargo, pasado un tiempo, muchas de las verdades terminaban siendo descartadas porque no soportaban nuestros cuestionarios internos, o porque una 'nueva verdad' , incompatible con aquellas, competía en nosotros por los mismos espacios. O simplemente porque estas verdades dejaban de serlo.

En cualquier caso, aquellos conceptos que habíamos tenido como referentes dejaban de ser tales y nos encontrábamos, de pronto, a la deriva. Dueños del timón de nuestro barco y conscientes de nuestras posibilidades, pero incapaces de trazar un rumbo confiable.

Mientras escribo esto, recuerdo de pronto El principito de Antoine de Saint-Exupéry:



En sus viajes por los pequeños planetas de su galaxia se encontró con un geógrafo que anotaba, en un gran libro de registro, montañas, ríos y estrellas.

El principito quiso registrar su flor (aquella que había dejado en su planeta), pero el geógrafo le dijo:


- No registramos flores, porque no se pueden tomar como referencia las cosas efímeras.

Y el geógrafo le explicó al principito que efímero quiere decir amenazado de pronta desaparición.

Cuando el principito escuchó esto, se entristeció mucho. Se había dado cuenta de que su rosa era efímera...


Y entonces me pregunto, por un lado: ¿Existirán las verdades sólidas como rocas e imperturbables como accidentes geográficos? ¿O será la verdad sólo un concepto que lleva en sí mismo la esencia de lo transitorio y frágil de las flores? Y, por otro lado, desde una persperctiva macroscópica:

¿Es que acaso las montañas, los ríos y las estrellas no están también amenazados de pronta desaparición?

¿Cuánto es 'pronto' comparado con 'siempre'?

¿No son, desde esta mirada, las montañas también efímeras...?

..."



Jorge Bucay. Cuentos para pensar.



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