domingo, 18 de mayo de 2008

(Las nadas)

(Todo lo que tengo es nada, pero no lo echo de menos.

Estoy preparado.

Creo.

La ciudad no me persigue. Ni la muerte, ya no.

Ya no tengo sombra.

De hecho yo soy mi propia sombra. A lo mejor ni eso.

Y las sombras no tienen sombra. Eso todo el mundo lo sabe.

Podría haber elegido otra derrota y no ésta. Eso es cierto.

Podría, digamos, haber elegido otro tren. Otra chaqueta y otra casa.
Podría haber cambiado la bruma de sitio. Escondido soledades debajo de la alfombra. Podría colocar los muebles según el horario del sol o por orden alfabético.
Podría cambiar el cd de la cadena. Incluso podría comprarme otra cadena.

Pero, ¿para qué? ¿Todo esto qué coño cambiaría?

Tengo todas las nadas. Las colecciono.

Aforo completo de nadas.

Cada jornada las saco de paseo un mínimo de nueve horas diarias.

Dormimos juntos. Convivimos. Compartimos desayuno, comida y cena.

Las nadas no dan vacaciones.

No dan tregua.

No hay descanso. Ni amparo.

Se instalan para quedarse. Anidan en cualquier recoveco.

Destruyen cada mañana.

Tengo todas y cada una de las nadas.

Creo estar preparado.

Creo.)


Autor: Jon Doe o Javier Suero, no sé, como prefieras...

Blog del autor: Cuentos de mi mundo


Gracias por prestarme este escrito, y por compartir compartir con nosotros todos ellos desde tu blog. Un saludo!




1 comentario:

Jon Doe dijo...

Gracias a ti por hacerme hueco en tu espacio, por meterte en el mío haciéndolo tuyo, por leerme con buenos ojos, porque me des a elegir el nombre y elijas la duda ;)

Gracias a ti.

Un saludo en forma de abrazo, Javi.