La ciencia moderna viene demostrando todos los días que es la inteligencia emocional, no el CI o la mera potencia intelectual, lo que determina muchas de las mejores decisiones, las organizaciones más dinámicas y rentables, y las vidas más satisfactorias y triunfantes.
Viene de antiguo la consideración de las emociones como algo tan profundo y poderoso, el espíritu que nos mueve.
Las emociones son la fuente más poderosa de la energía humana, la autenticidad, la capacidad de obrar, y además un manantial posible de sabiduría intuitiva.
Por supuesto no todo consiste en limitarse a tener sentimientos. La inteligencia emocional requiere que aprendamos a reconocerlos y a valorarlos, así en nosotros mismos como en los demás, y que reaccionemos adecuadamente a ellos aplicando eficazmente la información y la energía de las emociones a nuestra vida cotidiana y nuestro trabajo. De manera que una definición más completa sería ésta:
La inteligencia emocional es la aptitud para captar, entender y aplicar eficazmente la fuerza y la perspicacia de las emociones en tanto que fuente de energía humana, información, relaciones e influencia.
Las emociones son el manantial primario de la motivación, la información (feedback), el ascendiente personal, la innovación y la influencia. En muchos casos las emociones no contradicen el buen juicio ni el raciocinio, sino que lo inspiran y lo vivifican, por ello resultan indispensables para el éxito y la rentabilidad.
suscita emociones. Absolutamente todo.
La inteligencia emocional está constituida por cuatro pilares fundamentales:
- Alfabetización emocional. Ser auténtico y coherente con uno mismo construye el poder personal: incluyendo la lucidez, la orientación interior, el respeto, la responsabilidad y la conexión.
- Agilidad emocional. Ser claro y avanzar siempre: Construye inspiración, en uno mismo y en los demás, con autenticidad, flexibilidad, y relaciones de confianza.
- Profundidad emocional. Construye el núcleo del carácter y la influencia, y pone en juego potencial, integridad y finalidad.
- Alquimia emocional. Captar oportunidades y crear el futuro construye confluencia: lo que comprende la innovación intuitiva, la transformación situacional, la inteligencia fluida.
ALGUNAS REFLEXIONES
“Querer es poder”.
En el desempeño de cualquier actividad en la vida no basta con :
Saber. Contar con capacidades para adquirir y procesar información. Asimilar y acomodar conocimientos.
Saber hacer. Expresar y aplicar esos conocimientos, con adecuados criterios de realización, en la resolución de los problemas que se nos presenten a diario.
Es necesario:
“Querer hacer”. Poner el corazón en esa actividad. Implicarnos emocionalmente, luchar por conseguir desempeñarla de la mejor forma que sabemos y disfrutar con su desempeño.
El “saber”, “saber hacer” y, sobre todo, “querer hacer” nos llevará a poder conseguir lo que nos propongamos. Además, todo ello, contribuirá a que seamos personas competentes y flexibles con nosotros mismos y con los demás, sin miedos que coarten nuestra libertad y la de los demás.
De este modo, lograremos una satisfacción personal que sabremos irradiar y contagiar a los que nos rodean. Y, sin lugar a dudas, estaremos en el camino que, día a día y paso a paso, nos conducirá hacia la excelencia.
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